jueves, 17 de marzo de 2016

Soro, tápate.

En un principio no pensaba encribir sobre nigún festejo de la feria de Fallas. Porque Valencia, es Valencia, la oreja fácil, los olés al parar un animal, el "veto" al aficionado de verdad que lo que quiere al pagar la entrada es disposición, ganas y toros íntegros. Pero lo de la corrida de ayer ya se nos fue de las manos. Probablemente, dar argumentos a los antitaurinos.

Ya van seis festejos de Fallas, y también van seis de seis en los que reina la falta de fuerza, la mansedumbre, la falta de casta y el ridículo trapío. Valencia y Simón Casas, dejemoslo ahí.
Dejemos la feria un poco a parte, y hablemos sobre el espectáculo que se vivió ayer en el albero valenciano.

La encargada de llavar los animales fue la casa de Capea. Unos que huían de mansos al callejón pero no tenín ni fuerzas para tirarse, otros que no se tenían en pie y otros que no hemos visto porque alguno que se hace llamar torero no ha querido que lo viésemos. Por parte de los de plata, nada. Mantazos y picotazos en el caballo. Y no pocos.

El Soro tiene muchos pájaros en la cabeza. Después de escuchar las declaraciones, parece que se cree que no ha tenido la culpa, que sigue estando en torero y que es capaz de lidiar un toro. Bueno, a lo que se le puede llamar un toro. Por favor, haga el favor de cortarse la coleta y dejar paso a los que de verdad quieren estar ahí, y que por gente como usted no pueden porque los carteles están cerrados. Si lo que usted quiere es ser el protagonista, cómprese otro tipo de manoletinas, vaya al circo y haga equilibrismo, que igual se escucha alguna ovación también. Y si lo que quiere es dejar una profesión dignamente, por lo que fue y no por lo que es, pida que le corten la coleta. Sin más.
Le salió el que se hubiese dejado de la tarde (me da pena poner el mejor), y no le sacó ni uno. A un toro, que era para cogerlo del rabo a modo de perrito, llevárselo de ruta por Valencia y enseñarle todas las fallas, echarse con él cuatro cervezas en el bar y luego devolverlo a la plaza y ya ponerte a torear. Un espectáculo desesperante y penoso.

Duque no estuvo. Alargó dos faenas de las que no sacó ni un muletazo importante y el tendido al final se aburre. Sí, mucha disposición y muchas ganas de que la gente salga hablando de ti de la plaza, pero eso se consigue pasándote un toro por la bragueta cargando la suerte y echando la pata pa´lante, pero con tres tandas de bernardinas en tablas pues como que no. Dos toros mansos y descastados con los que no estuvo a la altura.

Román vuelve a ser torero. Sin hacer nada del otro mundo, se puede ver que ha vuelto tras el parón más fuerte que nunca. Dio algún muletazo de esos de acordarse, pero también toreó a la velocidad de la luz durante tramos. Saludó y en el segundo el paisanaje le cortó una oreja.

Lo mejor del Soro en su actuación. Captura de @javitaurino


2 comentarios:

  1. Màs payaso que torero, no?
    Gracias, Daniel...

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    1. Así es. El problema de estos que están ahí por estar, es que los que de verdad quieren ser toreros no pueden entrar en los carteles por su culpa.

      Mucha pena el Soro.

      Un abrazo Pedro!

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