jueves, 27 de febrero de 2014

El Juli, figura del destoreo.

Navegando por la reed, he encontrado este texto de el amigo de este blog David Zamora, con su blog PUREZA Y EMOCIÓN que me pareció muy interesante. Un texto que con toda la verdad por delante, dice al aficionado lo que Juli hace, de como maneja a su ganado para que el triunfo sea suyo. Muy interesante.
                              
El Juli lleva a la práctica el toreo moderno. El toreo ventajista, consentido por la mayoría de los aficionados (o público) de los tendidos que están tan desorientados como para considerar que este torero es un figurón del toreo y para tener en la cumbre a un torero como este.  Mañana presentará oficialmente su temporada 2014, y se habla de Miura en Nimes y seguramente de otras tardes que parecerán acontecimientos. Pero todo esto se diluye cuando se conoce su Tauromaquia.

Sé que para muchos no es necesario argumentar mi opinión porque son conocedores de este toreo y comparten mi visión, pero como también sé que hay otros muchos que pueden ponerse las manos en la cabeza al leer mi artículo, tomaré como ejemplo imágenes de varias faenas realizadas por El Juli y veremos fácilmente como su toreo está repleto de comportamientos que son considerados como trampa.

Entrando de lleno en la muleta, El Juli cita fuera de cacho y con el pico, lo que obviamente disminuye el riesgo del que se cruza entre los pitones y con la muleta marca el recorrido del toro de manera que le obligue a no atropellarlo. A continuación, veremos una imagen tomada desde un tendido de Bilbao, una plaza seria, de primera categoría y con una afición magnífica, lo que Julián parece no respetar.
                        

Una vez el toro entra en la muleta, El Juli lo ha recibido con su defecto más acusado: con la pierna de salida descaradamente retrasada, por lo que más que torear, está destoreando. Ahí no hay mando ninguno. El toro entra y sale cómodamente del pase, sin que el torero le esté mandando nada. Lo vemos claro aquí:
                       
Ahora vamos a ver una secuencia completa con el toro entrando, dentro y saliendo de un pase la pasada temporada en Aranjuez y con la plaza enloquecida por la "enorme" faena que el torero estaba realizando. Las 3 imágenes forman un culto al destoreo. En la última podemos observar como El Juli despide al toro hacia fuera, por lo que ni acaba el pase detrás de la cadera ni se queda colocado para dar el siguiente. Además, fíjense en su composición corporal, tan alejada de la figura de un torero.
                         
Y llegamos a la suerte suprema, en la que El Juli es calificado por muchos como un gran matador, pero no es más que un torero con habilidad a la hora de meter el brazo, porque su forma de ejecutar la suerte es la menos ortodoxa de la historia del toreo actual. Cuando se mata de verdad, se mata por derecho. Así matan los toreros y no hay mayor dignidad y respeto al toro que darle muerte de frente. El "julipié", como se le ha bautizado, consiste en echarle al toro la muleta en la cara parataparle la visibilidad, al mismo tiempo que El Juli pega un gran salto para situarse al lado del toro y salirse de la suerte. A continuación, con mucha destreza mete el brazo para clavar la espada. Todo esto hecho con rapidez casi imperceptible, pero que las cámaras de vídeo y fotografía nos pueden demostrar. Primero fíjense en la foto de Iván Fandiño matando a un toro en Madrid, y después la de El Juli en Bilbao.  Diferentes, ¿verdad?
                            
                            


1 comentario:

  1. penso que tens razão mas ele não tem toreado assim toda a sua carreira profissional,bien te vou leendo,gracias,y olé!!!

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