domingo, 27 de noviembre de 2016

El toro obediente.

Copio y pego de Toro, Torero y Afición.

“En un conversatorio al que asistimos en la vísperas de la corrida, escuchábamos decir a Joaquín Ramos, representante de la ganadería Zalduendo, que para él la bravura de un toro se compone de tres pilares: la acometividad (forma de embestir del toro agresiva o menos agresiva), la entrega (pelear hasta la completa extenuación) y la obediencia (cualidad de la embestida que permite ser dirigida por el torero al más leve “toque” originando lo que denomina el embroque del toro obediente). Señalaba también que hay ganaderos que no le han dado tanta importancia al embroque, porque algunos han buscado más la acometividad agresiva, otros más la fiereza y otros que se más humillador; lo cual a su juicio no vale y terminarán extinguiéndose por no adaptarse a la “modernidad”. Asimismo definía la “clase” como sinónimo de “excelencia en la embestida”, lo que en su concepto es todo contrario a la embestida agresiva y fiera.”

El desjarrete de Acho en la crónica de la corrida de Zalduendo en Lima .


Entiendo que Zalduendo busca el toro que le pide su “exquisita” clientela de “figuras”.
Frente a ese modelo de “modernidad” , de tauromaquia 2.0 defendida por el taurinismo imperante nos situamos una afición en busca del toro con casta poder y trapío.
Como escribía F. Bleu, "quedan deslindados los campos, y los ejércitos frente a frente"
Nota: la crónica de Acho termina con estas lineas:
Con el relato de lo visto en la corrida de hoy nos queda claro que el representante de la ganadería Zalduendo regenta una “torofactoría” en la que se busca todo menos la EMOCIÓN, que la da el TORO que es bravo, encastado y fiero, es decir, el NO obediente.
 

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