viernes, 30 de octubre de 2015

Zaragoza se fue.

Pasada ya la feria del Pilar de Zaragoza, pasoa escribir unas líneas sobre la sensación que me he llevado a casa de ella.
Con lo único que me quedo de ella es con toda la afición catalana protestando por sus derechos como aficionados y el problema que todos conocemos y con la novillada de Los Maños, por supuesto. Después de esto, me comentaron que salió un toro de Daniel Ruiz, pero no me digné a ir a esa corrida, primero por el caballito, que tan de moda está meter para un mano a mano con uno de a pie, y segundo porque toreaba el Juli, tan ligado al destoreo.

Abria feria el cartel que ocasionó un no hay billetes. Morante, Talavante (sustituía a Ponce) y Urdiales con ganado de Núñez del Cuvillo. Daba miedo entrar a la plaza y tomar asiento rodeado de tanto palmero hasta el culo de Gin con ganas de ver cortar orejas y que el torerín saliese por la puerta grande. Y lo que es peor, daba miedo imaginar lo que iba a salir por la puerta de toriles. Becerros bastos y afeitados hasta que no se pudo más. Los de unos, y los de otros. Lo mismo daba. Daba vergüenza ver esos pitones medio sangrando, o esas hechuras que parecían casi de pelaje de invierno, o lo más lamentable, ver como algún animalejo no se podía tragar más de dos lances sin tocar la arena.
La gente loca, sin importarle nada y haciendo cartera al bar de la plaza. Los partidarios cerrados de Urdiales aplaudiendo enganchones, por un torete que cabeceaba, y lo que es peor, pidiendo oreja por una estocada tendida.
Talavante toreó, hizo emocionarse a los tendidos, aunque en muchos tramos de su lidia reinó el destoreo. Dos orejas.
De Morante sólo recuerdo un quite. Y es que no hizo nada más. Pero se le aplaude. Claro que sí.

Martes 13, día de la mala suerte, y encima ganado de Zalduendo y Padilla, Fandi y Luque en cartel. No pintaba bien la historia. Corrida seriota pero muy muy desigual. Con una nube en el ojo el primero, el segundo quería romper pero no tenía fuerzas, tercero un carretón con los pitones de goma por si acaso, el cuarto tuvo cosas, quinto por el albero y sexto manso.
Padilla quiso cortar las dos y con el teatro que hace siempre allá donde va y el presidente le puso las cosas en orden. Y es que, está usted en una plaza de primera. Además de todo el ventajismo que usted propinó a la faena. Y eso de estar más rato de rodillas que de pie, perdone pero tampoco gusta. Al aficionado por lo menos.
Fandi no estuvo durante toda la tarde, como nos tiene acostumbrado, además que los toretes de Zalduendo se le subieron a la chepa.
Luque cortó una oreja muy merecida en mi opinión, y es que el toreo son emociones, y a mi me emocionó. Estocada entera.

Y llegó la novillada de Los Maños, lo más esperado de la Feria para la mayoría de aficionados. Único indulto en la vida de la Misericordia y regularidad en todos los festejos lidiados por la divisa verdiamarilla. Variada tanto en pelo como en comportamiento, interesantes todos, unos en el caballos, otros en la muleta y otros en el tercio de palos. Pero todos tuvieron algo. Unos más manejables en la muleta y otros mostrando su condición de Santacolomeños, que pidieron los papeles. Y por cierto, fue la que más peleó en el caballo de toda la feria, en conjunto. No es casualidad que esta novillada saliese como salió, y es que la familia Marcuello no ha fallado ni quedado mal en ningún festejo a lo largo de la temporada donde ellos han llevado animales. Se le premió con la vuelta al ruedo al buen cuarto, aunque bajo mi criterio el segundo la mereció más.
Varea y Leo Valdez no fueron capaces.
Ginés Marín dejó escapar a su primero y sacó cosas de su segundo.

Fuente Ymbro, ilusión por que de vez en cuando salga algún toro de esos que antes echaba Gallardo. Ilusión de ver que ese Domecq es distinto a los demás, solamente por selección. Pero no fue así. Una mansada más del monoencaste. Tres horas duró el espectáculo. Y es que, sin toro no hay nada, además de que iba afeitada. Ni sospechas ni nada, afeitada y punto. No iba mal presentada, eso también hay que decirlo. Escribano no quiso torear de verdad, pero mi opinión es que Escribano es tan mal torero, que la emoción que él no tiene la tiene que añadir el toro, y por supuesot no hubo toro. Ni torero.
De Alamo dio dos buenas estocadas pero no transmitió nada al tendido. Hizo sacar los pañuelos blancos de una forma muy mediocre y barata, con un toreo siempre lineal y ventajista. Y hay que añadir, que se llevó el lote de la tarde.
Iván Fandiño pasó un mal trago con el tercero y estuvo como ha estado duerante todo el año. Horrible.

Día 16. Rafaelillo, Ricardo Torres y Paulita con toros de Adolfo Martín. Otra tarde esperada por el aficionado de Zaragoza y de fuera. No salió buena la corrida, le faltó tirar pa´ lante, pero siempre con esa chispa de no descuidarse. Le faltó poder, fuerza y entrega en el caballo. Rafaelillo estuvo muy bien ante su lote, que  no fue fácil. A su primero áspero y complicado le pudo sacar muletazos, aunque siempre sin ligar. A su segundo lo toreó con una costilla rota, con verdad y siempre en torero.
Ricardo Torres estuvo decente con su lote, teniendo siempre en cuenta lo poco que torea. Con ganas de verlo más.
Paulita no estuvo presente durante la faena de muleta en ninguno de sus dos toros, pero si que nos dejó unos buenos lances. Pero eso no es suficiente.

Día 17 y cerrando la Feria del Pilar a pie, Garcigrande y  El Vellosino para Talavante y López Simón en mano a mano. Antes de salir los astados por los chiqueros ya sabiamos la becerrada que ibamos a contemplar. El señor Talavante, amenazó en el reconocimiento con que no haría el paseíllo si se rechazaba algún bichejo o se hacía sorteo. Cada uno se trajo sus animales bajo el brazo. Novillos afeitados hasta las trancas que tardaron cero coma en partirse y escobillarse los pitones.
 Llegó Talavante e hizo entrar en estado de ebullición al tendido. No estuvo nada mal ante un toro de Garcigrande que se movió. El tendido pidió las dos orejas por una buena faena y una estocada tendida, el presidente estuvo muy correcto no dándola, respaldado por el reglamento.
López Simón no pudo demostrar mucho. O sí. Los terrenos que pisa, donde los toros hacen daño. Un torero.

Adiós a Zaragoza. Adiós a la seriedad. Adiós a los toros fuertes y bien presentados. Adiós a la diversidad de encastes. Adiós...

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